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En Japón, los ciudadanos de Nagoya tienen fama de conducir demasiado rápido y saltarse el código de circulación, cosa que se extiende a toda la prefectura de Aichi y se conoce como Nagoya-bashiri, algo así como “carreras de Nagoya”.
Entre las prácticas asociadas a esta fama están: saltarse los semáforos, exceso de velocidad, sobre todo en los suburbios, los cambios de carril sin intermitente, invasión del carril de sentido contrario, girar desde el carril de seguir recto, giros y cambios de sentido apresurados saltándose la prioridad del otro (se refiere a una cuestión de los semáforos en Japón), no respetar la distancia de seguridad y adelantar por la izquierda (en Japón se conduce por la derecha, por lo que lo correcto es adelantar por la derecha).
Según los datos de la dirección general de tráfico japonesa, las estadísticas parece que confirmarían esta fama, ya que Nagoya es la prefectura con más accidentes y muertes relacionadas con el tráfico, pero sería ventajoso quedarnos solo con los números absolutos, ya que Aichi es, de lejos, la prefectura con más vehículos por familia. No en vano es donde está Toyota, por ejemplo.
Por otro lado, los habitantes de Nagoya quizás son unos prisillas, pero destacan en otras facetas positivamente: son los que más cumplen con la obligación de llevar a los niños en sillas homologadas y los segundos de todo el país que más se detienen en los pasos de cebra sin semáforo, aunque solo sean el 40% de los conductores.